Llamar "ladrón" al jefe no es motivo de despido

23 diciembre 2010



Las últimas sentencias emitidas por la justicia son una caja de sorpresa, los jueces están declinándose claramente por lo que entienden la parte más débil, el trabajador, en sus sentencias y no apoyando a la empresa en las decisiones lógicas que toma, cambiando a su antojo las leyes laborales escritas que tipifican y amparan las decisiones de la empresa y estableciendo un nuevo marco regula torio laboral desconocido y hacia el que no sabemos donde nos van a llevar.

Dedicamos en su momento artículos en el blog, en el que los jueces quitaban la razón por las decisiones tomadas de acuerdo al Convenio Colectivo y al Estatuto de los Trabajadores a las empresas y se la daban al empleado, ya no es posible despedir a un trabajador por agredir o insultar a un superior en la empresa, en muchos casos con una sanción es suficiente.

Ante esta indefensión las empresas ya no saben que hacer, si cumplen lo que les marca el Convenio, un juez cuando llega el juicio puede quitarles la razón.

Ante esta situación los directivos de las empresas pueden tomar nota de las recientes sentencias judiciales y empezar a insultar y a agredir a las personas que dependen de ellos, pero el problema que pueden tener es que pueden terminar en la cárcel viendo las sentencias judiciales o peor aún cuando a pesar de despedir a un trabajador por robar a la empresa y el jefe llamarle "ladrón" al empleado, es el jefe el que debe de indemnizar al empleado económicamente.

Esta entrada en el blog surge a raíz de la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid donde considera que insultar a un jefe no es motivo de despido disciplinario, los insultos que le dedicó fue "ladrón e hijo de puta". La argumentación que dio la sala para emitir esta sorprendente sentencia es que la situación económica de la empresa dentro de la crisis económica que vive nuestro país ha provocado un mal clima dentro de la misma justificando de esta manera que un trabajador pueda perder sus modales e insultar a un jefe sin argumento alguno. La sentencia definitiva indica que no puede despedirse al trabajador y si ponerle una sanción económica de más de 20.000 euros.

Ante esta sentencia parece que situaciones como las que vivimos en la actualidad de crisis económica podrían provocar que las sanciones dependieran de las mismas. A su vez esta sentencia empieza a sentar jurisprudencia para casos similares.

Los magistrados para justificar aún más esta sentencia tan difícil de comprender argumentar que las palabras pronunciadas tienen un distinto significado según el momento en el que se producen, el tono de voz utilizado y si se quiere insultar al pronunciarlas o no y que de acuerdo a todas estas circunstancias es cuando debe analizarse si las palabras se pronunciaron con el ánimo de insultar y ofender o no.

Vía | Expansión
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