El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió la semana pasada al Congreso de los Diputados, para defender una Ley de cuya autoría es propietario intelectual y con la que espera sacar a nuestro país a la crisis económica y social a la que nos ha llevado por su ineficacia como gestor del Gobierno.
En su discurso, Zapatero, reconoció que es necesaria una reforma laboral mucho antes de esperar a ver los resultados de su Ley estrella, que como mucho hasta el año 2.020 no se empezarían a ver los primeros brotes verdes, reforma laboral que no tocará aquellos aspectos que la patronal considera que deben cambiarse, con lo que volveremos a estar como siempre, con un diálogo social completamente parado e inutilizado por un presidente del gobierno encabezonado en pactar de antemano con una de las partes y ofrecer a la otra un documento cerrado y sin posibilidad de negociación ninguna. Zapatero no quiere que en el diálogo social se negocie sobre aspectos de los que sólo él ha hablado y no los empresarios, como son las soluciones extrajudiciales en el caso de los despidos, algo que es ilógico pensar en ello ya que podría llevarse este hecho ante el Tribunal Constitucional para que fuera resuelto como una violación de los derechos constitucionales o como disminuciones de las indemnizaciones en caso de despido. Zapatero sigue creyendo que él sólo sin ayuda de nadie va a resolver la crisis de este país y seguir con políticas que pueden conducir a nuestro país a convertirlo en una nueva Venezuela, donde ya su gobierno esta interviniendo entidades bancarias.
Zapatero, dentro de su política laboral, propone que se flexibilice la reducción de la jornada de trabajo manteniendo el mismo salario para un trabajador, algo que es ilógico en cualquier economía, que un trabajador reduzca su jornada laboral y continúe ganando lo mismo, algo que puede pensarse pero no decirse en público, en un momento donde los datos indican que nuestro país esta perdiendo competitivad, las empresas están cerrando o yéndose a otros países, donde se trabajan más horas o los costes laborales son inferiores al nuestro y es justamente lo contrario a lo que hay que realizar.
¿Por qué no habla de reducir las cotizaciones sociales, de introducir nuevos contratos de trabajo que se adecuen mejor a las nuevas necesidades que demandan las empresa,..?, porque esto no interesa.
Si embargo los españoles presentan otro punto de vista diferente al de nuestro presidente, ¿será por qué los españoles también están equivocados o porque nuestro presidentes es un iluminado?, el 85 % de españoles considera que es necesaria y urgente una reforma laboral y analizando aún más la encuesta realizada por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, cerca de un 90 % de jóvenes y mujeres están a favor de la reforma laboral 7 de cada 10 personas que respondieron la encuesta, consideran que el principal culpable de la crisis es el gobierno, el 68,4 % considera que los dirigentes sindicales se olvidaron de la defensa de los trabajadores y unieron sus posturas a las del gobierno, habrá que esperar a ver que dicen los secretarios generales de las dos grandes centrales UGT y CCOO, aunque estoy seguro que no responderán nada porque ellos seguirán unos cuantos años más viviendo del cuento.
Vía | Expansión
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